Utilizando una metodología cualitativa basada en entrevistas semiestructuradas con 18 enfermeras, el estudio busca comprender en profundidad cómo estos profesionales enfrentan las consecuencias emocionales de su trabajo y cuáles son sus estrategias para sobrellevar el estrés.

El estrés traumático secundario se refiere a la acumulación de estrés emocional que experimentan los profesionales de la salud mental al exponerse de manera continua a las historias y experiencias de trauma de sus pacientes. Las enfermeras psiquiátricas, al trabajar con personas que han sufrido eventos traumáticos significativos, como violencia, abuso o pérdida, están en riesgo constante de desarrollar este tipo de estrés. El estudio identifica tres temas principales relacionados con el impacto de los STS: las dificultades en el cuidado de personas traumatizadas, los efectos que tiene este cuidado en las enfermeras a nivel personal y profesional y las estrategias de afrontamiento que se desarrollan para mitigar el impacto de los STS. 

El primer tema aborda los desafíos multifacéticos que enfrentan las enfermeras al cuidar a pacientes traumatizados. A nivel psicológico, las enfermeras informaron sobre dificultades para mantener su resiliencia emocional, una lucha constante contra la fatiga por compasión y el agotamiento que surge de empatizar profundamente con el sufrimiento de los pacientes. Estas dificultades pueden llevar a una sensación de impotencia, especialmente cuando el progreso en la atención de los pacientes es lento o no se ven mejoras significativas. A nivel social, también experimentan problemas para mantener una comunicación efectiva con los pacientes, controlando sus emociones y estableciendo un entorno terapéutico adecuado. 

El segundo tema explora cómo el STS afecta a las enfermeras a nivel individual y cómo intentan afrontar sus efectos. Los síntomas incluyen el agotamiento emocional, la tristeza y la frustración derivada de la incapacidad para ayudar a todos los pacientes de manera efectiva. Algunas enfermeras también mencionan una pérdida de satisfacción en su trabajo y una disminución en su compromiso profesional, lo que las lleva a experimentar «deformación profesional», un término que se refiere a la pérdida de empatía y la mecanización de su trabajo diario. Para hacer frente a estos desafíos, las enfermeras emplean diversas estrategias de afrontamiento. Entre las más comunes se encuentran la búsqueda de apoyo psicológico, la realización de actividades de autocuidado espiritual, como la oración, y el mantenimiento de conexiones sociales significativas con familiares y amigos. Además, muchas recurren a actividades relajantes como escuchar música, realizar caminatas y pasar tiempo en la naturaleza, lo que les ayuda a recuperar su equilibrio emocional.

El tercer tema analiza las repercusiones de CTS en el ámbito profesional. Se destaca que el estrés acumulado puede llevar a una disminución en la calidad del cuidado brindado, afectando la satisfacción de los pacientes y deteriorando el entorno laboral. Muchas enfermeras informan una reducción en su rendimiento laboral y, en algunos casos, una mayor intención de abandonar la profesión debido al desgaste emocional. Este fenómeno también tiene implicaciones organizativas, ya que el agotamiento emocional y la fatiga por compasión pueden derivar en un aumento de la rotación de personal, lo que afecta la estabilidad del equipo de salud mental y, en última instancia, la continuidad de la atención a los pacientes.

El artículo concluye que es fundamental desarrollar programas de apoyo específicos para las enfermeras psiquiátricas, orientados a proporcionar herramientas para el manejo del STS y promover su bienestar emocional y profesional. Estos programas podrían incluir grupos de apoyo, sesiones de supervisión regulares y acceso a recursos terapéuticos para ayudar a las enfermeras a procesar las experiencias traumáticas a las que se enfrentan diariamente. Asimismo, se subraya la importancia de mejorar las condiciones laborales en los hospitales, equilibrando las cargas de trabajo y proporcionando los recursos necesarios para el tratamiento adecuado de los pacientes. De esta manera, se puede mitigar el impacto del STS y mejorar tanto la calidad de vida de las enfermeras como la atención que brindan a sus pacientes.

Fuente: https://onlinelibrary.wiley.com/doi/epdf/10.1111/jpm.13121