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Cómo abordar el síndrome del burnout: causas y soluciones
Hace 277 días

Este artículo examina en profundidad el fenómeno del burnout en enfermería, abordando tanto sus raíces estructurales como los enfoques necesarios para mitigarlo.
El burnout, definido según los componentes propuestos por Maslach-agotamiento emocional, despersonalización y una disminución en la sensación de logro personal- afecta no solo el bienestar individual, sino que también refleja problemas sistémicos más amplios en los entornos laborales de enfermería y tiene repercusiones significativas en la calidad del cuidado al paciente, la retención de personal y la seguridad en la atención.
Este fenómeno es un problema especialmente crítico en las profesiones de servicio público, como la salud, la educación y los servicios sociales, donde las demandas emocionales y físicas son particularmente elevadas. En el caso de la enfermería, factores como la falta de personal, la ineficiencia de los sistemas y los cambios organizacionales frecuentes contribuyen a una carga de trabajo abrumadora. A esto se suman expectativas sociales y culturales que glorifican el sacrificio personal y la productividad extrema, creando un entorno donde el agotamiento puede ser visto, paradójicamente, como un marcador de compromiso o prestigio. Además, los desequilibrios entre las demandas del trabajo y las recompensas percibidas- incluyendo salarios insuficientes y falta de reconocimiento- agravan aún más el problema.
El autor de la editorial crítica las soluciones simplistas que se centran exclusivamente en la responsabilidad individual para manejar el estrés, como los programas de resiliencia o estrategias de autocuidado, argumentando que estos no abordan las causas subyacentes del problema. En lugar de eso, se hace un llamado a las organizaciones para que reconsideren sus estructuras y políticas. Esto incluye rediseñar los sistemas de trabajo para reducir la carga cognitiva y emocional, implementar horarios más sostenibles y garantizar descansos adecuados. Además, se enfatiza la necesidad de un liderazgo organizacional que valore el bienestar de los empleados y fomente una cultura de apoyo, respeto y colaboración.
Otro aspecto relevante es la desconexión entre las expectativas idealizadas de los profesionales de la salud y la realidad de su trabajo, lo que genera disonancia cognitiva y sentimientos de culpa. Esto no solo erosiona la motivación, sino que también conlleva a un desgaste más profundo. Para contrarrestar este efecto, se sugieren enfoques integrales que incluyan la capacitación en manejo emocional, la creación de sistemas de apoyo entre compañeros y la promoción de un equilibrio más saludable entre la vida laboral y personal.
En última instancia, se argumenta que el burnout debe abordarse como un problema colectivo y sistémico, no como una deficiencia individual. Reconocer las fallas estructurales y sociales que perpetúan este problema es fundamental para implementar soluciones efectivas. Este enfoque no solo beneficiaría a los trabajadores, sino que también mejoraría los resultados en los pacientes y fortalecería el sistema de atención médica en su conjunto. La relevancia de este análisis es aún mayor en ámbitos como la salud mental, donde las demandas emocionales extremas hacen imprescindible una respuesta integral para mejorar tanto el bienestar del personal como la calidad del cuidado al paciente.
Fuente: https://www.nursingoutlook.org/article/S0029-6554(24)00227-6/fulltext
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