En el artículo de Doedens et al. se analiza la efectividad de diversas intervenciones diseñadas para mejorar la capacidad de afrontamiento y la resiliencia de los profesionales de la salud mental frente a la violencia laboral en unidades de hospitalización psiquiátrica.

El estudio parte del reconocimiento de que la violencia en el lugar de trabajo (WPV, por sus siglas en inglés) es un problema frecuente en entornos de hospitalización psiquiátrica, con una prevalencia que varía entre el 34% y el 79%. Esta violencia afecta a la salud mental de los trabajadores, aumentando el riesgo de estrés postraumático, agotamiento y depresión, además de contribuir a la intención de abandonar el empleo. Dado que las estrategias preventivas no han logrado erradicar completamente la WPV, es crucial fortalecer la capacidad de afrontamiento y la resiliencia de los trabajadores para mitigar sus efectos.

Para evaluar la efectividad de las intervenciones, Doedens et al. realizaron una revisión sistemática de estudios comparativos. Se analizaron 9 estudios que incluían programas de apoyo conductual positivo, biofeedback* y formación en gestión de agresiones.

Las intervenciones se agruparon en tres categorías principales:

1. Apoyo Conductual Positivo (PBS, por sus siglas en inglés): Dos estudios evaluaron entrenamientos en PBS, los cuales mejoraron la confianza de los profesionales para manejar comportamientos desafiantes. Esta estrategia enfatiza la comprensión del comportamiento de los pacientes y la planificación de intervenciones preventivas.
2. Intervenciones para mejorar la resiliencia: Se evaluó un programa de promoción de la resiliencia de los adultos (PAR, por sus siglas en inglés) y entrenamientos con biofeedback. Aunque el PAR no mostró beneficios significativos, el biofeedback ayudó a reducir el estrés y mejorar la resiliencia de los trabajadores, sugiriendo que la regulación fisiológica puede ser una estrategia efectiva.
3. Capacitación en manejo de agresiones: Varios estudios examinaron programas de formación en desescalada y manejo de agresiones. Aunque estos entrenamientos mejoraron la confianza de los profesionales para afrontar la violencia, su impacto en la resiliencia a largo plazo sigue siendo incierto.

 En el artículo de Doedens et al. se concluye que, aunque existen intervenciones prometedoras, la evidencia aún es limitada debido a la heterogeneidad de los estudios y la falta de análisis rigurosos. Se recomienda combinar estrategias como la capacitación en manejo de agresiones con enfoques innovadores como el biofeedback para mejorar la resiliencia del personal de salud mental. Además, se enfatiza la necesidad de mayor investigación para evaluar la sostenibilidad de estos enfoques y su impacto en la práctica clínica.

• El biofeedback pretende ayudar a los profesionales de la salud mental a reconocer las respuestas fisiológicas de las personas con un trastorno mental y, en última instancia, a modificar su fisiología mediante intervenciones como ejercicios de respiración.

Fuente: https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/inm.70016