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La enfermera de salud mental como cyborg: La tecnología, ¿una bendición o una maldición?

Hace 277 días

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La tecnología está transformando el papel de las enfermeras de salud mental, planteando el concepto de la «enfermera cyborg» para analizar la interacción entre humanos y tecnología en el ámbito del cuidado. Si bien estas innovaciones prometen avances significativos, también pueden generar una desconexión entre las enfermeras y los pacientes, al priorizar métricas y sistemas de monitoreo sobre prácticas relacionales y éticas.

Ejemplos como las cámaras corporales y los sistemas de observación remota muestran cómo estas herramientas, en lugar de fortalecer la atención centrada en la persona, pueden aumentar la sensación de vigilancia y distanciamiento, tanto para el personal de enfermería como para los pacientes, creando tensiones éticas y emocionales. Este distanciamiento puede llevar a una «deshumanización» del trabajo de las enfermeras, una brecha entre su identidad profesional como proveedoras de cuidado humano y una realidad laboral cada vez más dominada por la tecnología y la burocracia.

Desde la perspectiva de los pacientes, estas tecnologías también pueden percibirse como una invasión a su privacidad o una imposición que refuerza dinámicas de control en el contexto psiquiátrico. No obstante, demonizar toda la tecnología sería un error. La solución está en encontrar un equilibrio donde el componente humano prevalezca en la interacción con la tecnología.

Inspirándose en teóricos como Donna Haraway, algunos expertos argumentan que aceptar la naturaleza híbrida del «cyborg» puede representar una oportunidad para diseñar prácticas más humanas y éticas en el cuidado de la salud mental. La clave radica en cómo se integran las tecnologías: deben implementarse con un enfoque centrado en la humanidad y la dignidad de las personas, tanto enfermeras como pacientes, evitando caer en un uso mecánico o deshumanizado.

Para ello, es fundamental redefinir los sistemas de cuidado bajo principios más democráticos y colaborativos, donde las decisiones sobre el uso de tecnologías sean consensuadas y beneficien genuinamente a las personas involucradas.

Finalmente, es necesario adoptar una postura crítica y ambivalente hacia la tecnología en la enfermería de salud mental, evitando el pensamiento binario de «bueno o malo». La reflexión debe incluir aspectos socioeconómicos y cuestionar quién controla las decisiones tecnológicas en los servicios de salud. Solo en un contexto de sistemas más equitativos y democráticos será posible utilizar las tecnologías de manera verdaderamente beneficiosa, maximizando el cuidado relacional y humano.

Fuente: https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/jpm.13080

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